En el número 31 de la calle Montera se encuentran los cines Acteón y en este mismo lugar, se produjeron dos de los incendios más importantes del siglo XX en Madrid, uno de ellos fue el más trágico ya que, en el siniestro murieron diez hombres del cuerpo de bomberos de Madrid.

En el solar donde se ubican los multicines, se encontraban los Almacenes Arias, una empresa dedicada a la venta de ropa de saldos de baja calidad, que fueron muy populares en Madrid. En 1955 esta empresa contaba con siete tiendas, la de la calle Montera fue inaugurada ese mismo año.

Primer incendio

Un 21 de enero de 1964, pocos minutos después de las tres de la tarde se inició el fuego en los almacenes. Un sacerdote que se encontraba justo frente al edificio, fue el primero en alertar a los bomberos. Según su declaración a los medios de la época, dijo que el fuego se inició en la segunda planta y de una forma súbita pues, a los pocos minutos, el fuego se apoderó de todo el edificio. Hubo otros testigos que dijeron que el incendio comenzó con una explosión.

Fue uno de los incendios más grandes ocurridos en Madrid, las cinco plantas que tenía y los dos sótanos fueron pasto de las llamas. La gigantesca hoguera, como lo llamaron algunos diarios, puso en peligro los edificios colindantes que tuvieron que ser desalojados, para susto de los vecinos de la zona.

Por casualidad, buscando información en un reportaje publicado en el ABC de la época, he visto una foto de uno de los vecinos afectados y entrevistados de la zona que me ha llamado la atención porque desconocía su existencia, se trata de mi abuela, que cuenta que por poco se le incendia la casa ya que vivía justo al lado de los almacenes, pared con pared.

El incendio, afortunadamente, no se cobró ninguna vida ya que, los 275 empleados que trabajaban allí todavía no se habían incorporado a su turno de tarde.
Las perdidas materiales sí que fueron cuantiosas, se valoraron en cuarenta millones de pesetas pero al parecer fueron muchos más.

Durante un tiempo las “malas lenguas” insinuaron que el incendio fue provocado, hechos como que 20 minutos antes del siniestro los dueños del negocio abandonasen el edificio y que, la póliza del seguro no pudo ser recuperada de entre las ruinas hizo que, para algunos, aumentasen las sospechas del origen del incendio.

Segundo incendio

Después del siniestro de 1964, el edificio tuvo que ser reconstruido ya que la estructura quedó totalmente dañada.
Los Almacenes Arias, “Saldos Arias” como eran conocidos popularmente, continuaron su actividad con normalidad hasta que en 1987 se repitió la desgracia, esta vez provocando diez víctimas mortales, tiñendo de luto a la ciudad de Madrid y a su heroico cuerpo de bomberos.

Un viernes por la tarde del 4 de septiembre de 1987, a eso de las 19:45, una empleada de Almacenes Arias que se encontraba colocando cajas descubrió que, de una de las cajas que estaba almacenada en la segunda planta salía humo, rápidamente avisó a sus compañeros e intentaron apagar el incendio con extintores. Cuando parecía que el incendio había sido sofocado, en una planta superior y parece ser que por culpa de un cable, se inició otro incendio que se hizo incontrolable.

Los almacenes fueron evacuados de forma ordenada y en pocos minutos no había nadie en su interior, sólo un equipo de bomberos trabajaba incansablemente para controlar el incendio.

Ya de madrugada, casi a las tres, los bomberos sofocaron el fuego pero, uno de los sótanos se desplomó y provocó la tragedia, diez bomberos perdieron la vida entre los escombros.
Este suceso fue el más trágico ocurrido en el Cuerpo de Bomberos de Madrid y de ello hay constancia en, a mi juicio, una triste placa en la fachada de los cines, en recuerdo a los bomberos que perdieron su vida allí.

Como en el primer incendio, las sospechas de la intencionalidad del fuego fueron numerosas, las declaraciones de testigos que aseguraban que el incendio se originó en tres puntos diferentes del edificio, las insinuaciones de algunos que relacionaban este incendio con otro ocurrido en la misma empresa unos años antes en Barcelona y que, según algunas fuentes, hablaban de la intencionalidad para cobrar el seguro, sometieron a los dueños de la empresa a un juicio paralelo que hizo mucho daño a la familia Arias que, en declaraciones al ABC, afirmaba que “la fatalidad parece cebarse con nuestra empresa”.

Finalmente, después de muchos papeleos, el juez que llevaba el caso lo archivó, ya que en 1990, las partes implicadas y los familiares de los bomberos fallecidos, llegaron a un acuerdo al recibir las indemnizaciones.

Este incendio también marcó un antes y un después en el cuerpo de bomberos, sirvió para tomar algunas medidas para la mejora de las condiciones laborales de estos trabajadores a los que los madrileños les debemos tanto.




Fuentes: ABC, El Mundo, TVE
Fotos: Hemeroteca ABC, Archivo Ragel