Uno de los grandes enemigos de las ciudades es el fuego y, Madrid, ha sufrido numerosos incendios que se cobraron muchas víctimas y cuantiosos daños materiales a lo largo de la historia, incluso no hace muchos años, fuimos testigos del pavoroso incendio del edificio Windsor del que, afortunadamente, no hubo que lamentar víctimas.

En el pasado los materiales de construcción de las casas podían ser fácilmente pasto de las llamas ya que las estructuras eran de madera y cualquier incendio, por pequeño que fuese, podía suponer una catástrofe. Tampoco los medios tecnológicos y humanos con los que se podían contar eran muy eficientes. Esto provocaba que cada vez que se producía un incendio en una casa y ésta quedaba arrasada, los propietarios se veían condenados a vivir en la calle, sin ayuda de ningún tipo. Precisamente para evitar este problema, en el siglo XIX surgió una iniciativa con la misión de acabar con este problema, se trata de la “Sociedad de Seguros Mutuos de Incendios de Casas de Madrid”.

Actualmente, infinidad de casas del casco viejo de la ciudad lucen es sus fachadas, sobre todo en los dinteles de los portales, una placa que dice: “Asegurada de Incendios”. Todas estas placas son posteriores a 1822, año en el que se creó la sociedad de seguros.

La Sociedad de Seguros Mutuos de Incendios de Casas de Madrid, tenía como fin asegurar que los propietarios de las casas y sus familias pudieran ser indemnizados en caso de incendio y estaba compuesta por los vecinos y propietarios de las casas.

En el preámbulo del reglamento se expone lo siguiente, en referencia a los miembros de la mutua:

“En él se ve que las odiosas distinciones, y monopolios infames no pueden tener lugar en una asociación de esta naturaleza, que fundada en la igualdad de sentimientos y conformidad de necesidades, debe aparecer ante los ojos de toda persona imparcial como la más filantrópica y de pura beneficencia. Los propietarios suscriben, que no aspiran a mayor recompensa que a la gloria de su Patria, y a la conservación de sus propiedades , han creído conveniente invitar a sus conciudadanos dueños de casas en esta muy heroica villa, a fin de que puedan incorporarse en una Sociedad que tiene por objeto asegurar su futura suerte y la de sus caras familias”

La iniciativa fue muy bien acogida por los madrileños, el proyecto se formuló el 27 de abril de 1822, siendo impreso y publicado su reglamento el 30 de noviembre del mismo año por valor de 69.501.128 reales y sancionado por el Consejo de Castilla, por Real Cédula, el 31 de marzo de 1824.

Que hoy podamos ver infinidad de placas de esta sociedad de seguros de debe a que en el capítulo 5º, artículo 41, según su reglamento dice: «Que se cuidará de que se coloquen en las casas aseguradas en paraje visible una tarjeta o azulejo que diga “Asegurada de Incendios”.



Fuentes: Biblioteca Virtual de Madrid