La noche del sábado al domingo fue tormentosa y muy lluviosa. El día amaneció muy nublado pero, afortunadamente, la lluvia no hizo acto de presencia esta mañana en el desfile de las Fuerzas Armadas.

Como me he levantado tarde no he podido hacer fotos decentes del desfile, sólo unas pocas y desde muy mala posición, este es un pequeño resumen del desfile de esta mañana.

Igual que en años anteriores, las fuerzas internacionales también participaron en el desfile.

A eso de las once y cuarto, por tierra empezaban a desfilar los primeros vehículos y en el cielo, casi en un abrir y cerrar de ojos, la Patrulla Águila dejó una colorida estela con los colores de la bandera nacional.

Sin ninguna duda y por razones más que obvias, los cuerpos más aplaudidos fueron la Guardia Civil y la Legión.
A mi lado había gente que estaba allí para ver a sus familiares y amigos desfilar, entre bromas, nos animaban para que aplaudiésemos a otros cuerpos del ejército, no sólo a la legión y la Guardia Civil, pero nadie les hizo mucho caso.

Los que mejor lo pasaron fueron los niños, que pudieron subirse a los vehículos militares para tener mejor visión y, además, hacerse fotos en ellos.


Casi los últimos en desfilar fueron los Regulares, con sus exóticos uniformes.

Finalmente, la Guardia Civil a caballo y con el uniforme de gala, pusieron punto y final al desfile.

Todo acabó con otro "desfile" el del servicio urgente de limpieza, que como es habitual, dejaron la calzada limpia en cuestión de minutos.

La anécdota del día fue la pitada con la que fue recibido el presidente del gobierno, no fue una pitada como la del año pasado, pero sí muy sonora.
El presidente de la oposición, Mariano Rajoy, no recibió pitada alguna por las declaraciones, pilladas gracias a un micrófono abierto, en las que se refería a este evento como "un coñazo", ¡una lástima!, hubiese sido una pitada más que merecida.