El domingo, a las doce de la noche, estaremos todos mirando esta imagen, con una uva en la mano esperando que el reloj marque las doce y suenen las tradicionales doce campanadas que nos traerán un nuevo año.
Además de comer las doce uvas, con los años hemos ido adquiriendo nuevas costumbres para entrar con buen pie en el año nuevo y tener amor y fortuna.


Hay quien se pone ropa interior roja para tener amor en el nuevo año, otros brindan con una pieza de oro en la copa para tener fortuna, hay quien pone una maleta en la puerta para que el año nuevo sea un año viajero.
Todas estas costumbres que hoy nos parecen novedosas y extravagantes, con el tiempo seguramente formarán parte de nuestras costumbres, incluso nos parecerá como si toda la vida hubiesemos hecho estas cosas.

Eso mismo pasa con la costumbre que tenemos los españoles de comer una uva con cada una de las doce campanadas de fin de año.
El origen de esta curiosa tradición hay que buscarla a principios del siglo XX. Fue en aquella época cuando en Almería se había logrado una variedad tardía de uva, que se cosechaba en diciembre. Esta uva tardía tuvo mucho éxito en Centroeuropa, donde estas uvas daban un toque exótico a las mesas navideñas tal como hasta hace no mucho nosotros poníamos el toque exótico a nuestras mesas con la tradicional piña.

De Almería salían barcos cargados de uvas con destino a los mercados del centro de Europa, hasta que ocurrió algo imprevisto, comenzó la primera Guerra Mundial.
Ante tal imprevisto, para no verse en la ruina, los cosecheros almerienses lanzaron una campaña de publicidad sin precedentes, con un eslogan que a juzgar por el resultado fue un verdadero éxito, era el siguiente:

"Coma usted doce uvas en el cambio de año, al filo del tiempo nuevo que nace, y tendrá asegurada la felicidad en el año siguiente"

Es verdad que hoy nadie haría un eslogan tan largo, pero eran otros tiempos y el mundo se movía más despacio.
El caso es que desde aquellos años todos los españoles nos comenos las doce uvas sin rechistar, ¿somos más felices que los demás? puede que sí, según las últimas encuestas los españoles somos más felices que el resto de los europeos.

¡Feliz 2007!